Consiste en un guante de boxeo erizado de avispas, cada una con el aguijón enhiesto y ansioso por inocular sus ponzoñas. Las avispas a su vez están clavadas en el guante con alfileres que atraviesan cuero y relleno hasta rozar el nudillo con su afilada punta.
De esta forma cada golpe inflige la misma cantidad de daño a ambas partes. Puede uno usar este arma contra quien quiera y cuanto se quiera, no es delito.