Un nuevo avance, una punta de jeringuilla en la pupila, con la aguja apuntando en la dirección de la mirada. Al clavarse inocula el humor vítreo, esa viscosidad transparente que hay dentro del globo ocular y que, como todo el mundo sabe, es lo que realmente percibe las imágenes (el cristalino, la retina y todo eso no son más que meros transmisores, lo que realmente capta y contiene la imagen es esa mucosidad traslúcida).
El humor vítreo puede moverse dentro del cuerpo del paciente con facilidad, siendo menos invasivo que la habitual microcámara con cable. También podría entrar en un agujero en la pared, pero un entorno sucio e inorgánico podría dañarlo.
Al final ha habido suerte, el bulto en la nuca que tanto preocupaba a la paciente no es más que un nódulo de plumón, basta realizar un pequeño corte en la piel y hurgar con una aguja esterilizada para vaciarlo.